sábado, 21 de junio de 2008

La máquina de coser, por Eladia Cicaré


¿Escuchaste el timbre? Debe ser la señora del tercero que viene a ver la máquina de coser, parece que le interesa, así que le voy a pedir $300.

- ¡Buen día Juanita, pase le voy a enseñar la máquina, la verdad que es una joya tiene muchos años pero ya no la uso!. ¡Trabajé tanto en ella!, sí quiere cosemos algo para que vea cómo funciona, está perfecta. Cuando terminaba el día de trabajo, yo la limpiaba con Blem, casi la acariciaba porque nunca me dejó con algo sin terminar, hasta es testigo de las tertulias en este lugar cuando con mis cuñadas hacíamos la ropa para mis clientas. Es completa sabe? Borda, hace zig-zag y muchas cosas más. Yo estoy segura de que la voy a extrañar… ¿qué voy a poner en ese lugar? Buéh… lo pensaré, tal vez lo mejor sería una foto, la que sacó mi hijo hace mucho tiempo, es que estábamos tanto tiempo juntas, yo sentada junto a ella, era casi un romance, siempre fue mi compañera fiel…

Lo único que le voy a pedir, si la compra, es que la lustre, ¿sabe? siempre con el mejor producto; o mejor se lo compro yo hasta que se acostumbre a su casa y a su cuidado. Si usted me permite de vez en cuando la iré a ver, no quiero que me extrañe…ah…de noche ciérrela y póngale una manta encima, le gusta que la mimen. Oh, disculpe, me olvidaba, tiene nombre, se llama Fedele, jajaja, usted pensará que estoy loca, pero es casi una persona. También está acostumbrada a escuchar música clásica, no le ponga música popular porque salta la puntada o rompe la aguja.

¿Viste Manuel?, se fue sin decirme si la quiere comprar…ni me dio tiempo de decirle el precio…

ELADIA CICARÉ

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