jueves, 29 de mayo de 2008

Amarte a carcajadas, por Virginia Guida


Quiero amarte a carcajadas

con cosquillas en la panza

y mariposas en el alma

que nos riamos juntos

como dos locos sueltos

sin apuros…ni nada

saltar por las cornisas

de Ferrer y Piazzola

y jugar en las plazas

corriendo las palomas

disfrutar de tu boca

que disfrutes la mía

que nos miren todos

y se mueran de envidia

vos y yo como locos

reírnos de la vida

detener el tiempo

y reírnos sin prisa

para mostrar al mundo

que sabemos amarnos

fabricando sin lágrimas

carcajadas de dicha…

miércoles, 28 de mayo de 2008

Ese aroma...por Virginia Guida




Ya falta poco. Como siempre, como todos los años, falta poco para que llegue la Navidad y empiece a invadirme la misma melancolía de siempre y un sinfín de recuerdos. Se mete por cada uno de mis poros el aroma a jazmines, ese aroma que dejó impregnado cada rincón de mi casa, de mi cuerpo, de mi alma. Te acordás de ese día?. Llegaste escondido detrás de un enorme ramo, tan grande que tuviste que asomar la cabeza para que yo pudiera ver tu sonrisa que desbordaba. Nos sentamos en la sala, dejé el ramo de jazmines sobre la pequeña mesa ratona y mientras la orquesta de Ray Conniff no paraba de tocar, me dijiste que te ibas, que tenías que viajar a España, que volverías para Navidad, que me amabas, que me extrañarías, que yo era lo mejor que te había pasado en al vida, que te llevabas una foto mía, que...

Ahora estoy ansiosa. Otra vez estoy aquí esperándote. Miro por la ventana y veo esa arboleda por donde apenas se filtra un rayito de sol y vuelvo a imaginar el aroma de los jazmines. Pongo a Ray Conniff que empieza a sonar a todo volumen y aunque quiera aturdirme para no darme cuenta de que no volverás, el olor a jazmines está cada vez más cerca.

Tocan el timbre… estoy temblando.

Preciso, por Virginia Guida

Dominar por entero

mis instintos

simplemente

hacer escurridizos

mis recuerdos

y aunque

dolorosamente

disfruté lo antiguo

permitirme espiar

dentro de mí

y volver a volar.

La vieja estación de trenes


La estación del ferrocarril Oeste Santafesino, también llamado ferrocarril Carlos casado, estaba en el sudeste de la ciudad de Rosario dentro del predio que actualmente ocupa el Parque Urquiza, en la intersección de las calles Chacabuco y Nueve de Julio, cerca de la barranca del Río Paraná.
La compañía Ferrocarril Central Argentino compró al Ferrocarril Oeste Santafesino en 1900 renombrando esta estación como Rosario Este, destinándolo a servicios de carga y transporte de ganado
Con la decadencia del sistema ferroviario argentino, se levantaron los rieles, y esta estación, como muchas otras, quedó abandonada deteriorándose. La Municipalidad de Rosario se hizo cargo de la construcción y preservó lo que quedaba. Su restauración concluyó en mayo de 2007. La Municipalidad convirtió el edificio en un centro cultural, albergando la videoteca del Centro Audiovisual Rosario, CAR. La vieja estación también sirve como centro comunitario para jubilados, y como sede del Círculo de Escultores de Rosario al cual pertenece el taller de Creatividad Literaria “Entre el verde y la palabra”. También se mudaron allí las oficinas de la Secretaría de Cultura municipal, y se construirá un auditorio para actividades públicas y proyección de películas.

Un espacio para hacer volar la imaginación.


"Entre el verde y la palabra", comenzó en Octubre del 2007, en las instalaciones del Círculo de Escultores de Rosario que funciona en el Centro Cultural Parque Urquiza, Chacabucho y 9 de Julio, en la ciudad de Rosario. Allí estuvimos todos los martes, desde las 9 y media de la mañana hasta las 12 hs. hasta que tuvimos que dejar el lugar porque los señores jubilados que nos prestaban el ligar "no querían mujeres". En fin. Desde el año 2008 nos reunimos todos en el bar de Mendoza y Necochea, bajando por el ascensor, al ladito del río Paraná y con un maravilloso paisaje de fondo.
Es un espacio para hacer volar la imaginación, un taller de creatividad literaria donde, a partir de un texto, surgen consignas o propuestas usadas como disparadores que hacen que aquél que tiene dentro suyo mucho por decir, se anime a volcarlo en un papel.
Entre el verde del Parque Urquiza, el azul marrón del río y la palabra que brota de los sentimientos, allí estamos, leyendo, escribiendo y tomando un café.